1.1.
LOS
PRINCIPALES MÉTODOS CIENTIFICOS
Por
lo general, aunque todas las ciencias utilizan una diversidad de métodos
científicos, el objeto material -parcela de la realidad que se trata de
conocer- y el objeto formal -óptica desde la que se emprende su conocimiento-
de cada disciplina científica suelen primar el empleo de alguno de ellos sobre
los demás.
En
virtud de lo expuesto consideramos desarrollar los principales métodos
científicos empleados, tales como:
1.1.1. El Método Descriptivo
Radica
en efectuar una exposición narrativa, gráfica, lo más exhaustiva y detallada posible
de la realidad que se estudia.
Ahora
bien, el objetivo de este método es disponer de un conocimiento inicial de la
realidad tal y como se desprende de la observación directa que realiza el analista
y del conocimiento que ha adquirido por medio del estudio o la lectura de las
informaciones aportadas por otros investigadores. En efecto se trata de un
método cuyo propósito es presentar y obtener, con el máximo exactitud o rigor
posible, la información sobre una realidad de acuerdo con ciertos criterios establecidas
anteladamente por cada ciencia (espacio, tiempo, características funcionales,
características formales, efectos producidos, etcétera).
De
acuerdo con este propósito, el método en mención nos debe aportar información interpretada
y rigurosa de acuerdo a los criterios establecidos por cada disciplina
científica. Ello implica que no basta con la información bruta y, ni siquiera
con la información ordenada.
Puesto
que el rigor requerido por este método presupone conseguir toda la información
necesaria sobre el fenómeno que se estudia, pero sólo esa información. La
sobreabundancia de información sobre un fenómeno no avala un mayor rigor, sólo
un mayor trabajo.
Cabe
precisar que el método descriptivo exige la interpretación de la información de
acuerdo con ciertos requisitos o exigencias propios del objeto material o
formal de la disciplina científica en cuyo seno realizamos los estudios. Esta
interpretación, aunque es subjetiva, no es en absoluto arbitraria, puesto que
debe ser coherente con los hechos, conforme como se presentan en la realidad o
en la información obtenida, y consistente con los requerimientos de la
disciplina.
1.1.2. El
Método Analítico
Este
método parte del conocimiento general de una realidad para realizar la
distinción, clasificación y conocimiento de los diferentes elementos principales
que forman parte de ella y de las relaciones que mantienen entre sí.
Se
basa en el supuesto de que el todo permite explicar y conocer las características
de cada una de sus partes y de las relaciones que existen entre ellas. De modo
que esto presupone que en el proceso de descomposición del todo en sus partes
la pérdida de información no es fundamental, pero esta presunción no es del
todo correcta. Con frecuencia, existe una pérdida de información fundamental
con referente a los elementos dinámicos de la realidad, pues estos no siempre
se pueden desagregar sin afectar a la forma en que se producen las variaciones
a lo largo del tiempo –dinámica- y en todo caso, el modo en que se lleva a cabo
la desagregación está directamente condicionado por los criterios de
periodificación -medición del tiempo-
que hayamos adoptado[1].
Bajo
esta óptica el uso del método analítico resulta indispensable para poder aplicar,
con posterioridad, el método comparativo. Por otro lado, el empleo de este
método nos permite revelar las importantes relaciones de causalidad que existen
entre los sucesos o variables de la realidad estudiada. Se convierte así en un
método primordial para toda investigación científica o académica e indispensable
para poder realizar dos de las operaciones teóricas más fundamentales: la
conceptualización y la clasificación.
1.1.3. EL
Método Comparativo
Es
el método mediante el cual se realiza una contrastación entre los principales
elementos (constantes, variables y relaciones) de la realidad que se investiga
con los de otras realidades similares ya conocidas.
Este
método exige a manifestar tanto las semejanzas -búsqueda analógica- como las
diferencias -búsqueda diferenciadora- y entre estas últimas adquieren especial relevancia
las oposiciones -búsqueda antagónica-. El empleo del método comparativo nos admite
diferenciar entre los sucesos o variables que se repiten en varias
realidades internacionales diferentes y,
por ende, que poseen un carácter de generalidad y aquellos otros que son exclusivos de cada una de ellas
y sólo podemos considerarlos desde su peculiaridad.
A
través de la distinción entre los elementos comunes y los particulares podemos deducir aquellos fenómenos que establecen las causas
originarias de los que simplemente son
causas intervinientes o simples elementos circunstanciales,
característicos de una determinada realidad internacional pero irrelevantes
para la formulación de leyes científicas
con carácter de generalidad.
En consecuencia,
gracias al uso de este método podemos expresar de un modo sencillo qué elementos de la realidad cumplen las
condiciones de necesidad y suficiencia, pues deben pertenecer exclusivamente a la categoría de los
elementos comunes, limitándonos el campo de los fenómenos susceptibles de ser
considerados como causas originarias y con
ello las hipótesis básicas que podemos formular como fundamento del
estudio.
1.1.4. El
Método Sintético
Este
método es opuesto al analítico, puesto que parte del conocimiento de varios
elementos de una realidad y de las
relaciones que los unen para tratar de lograr el conocimiento general y
completo de dicha realidad.
Descansa
en la idea de que el todo puede ser comprendido y explicado mediante la
conjunción del conocimiento de sus partes. Ello nos facilita el conocimiento
tanto de la estructura y dinámica
internas de la realidad internacional como un todo, mediante los sucesos o
variables esenciales. Sin embargo el uso de este método resulta mucho más
difícil que el del método analítico, puesto que exige el recurso previo al
método comparativo para poder desentrañar las causas originarias y
diferenciarlas de las causas intervinientes, de las simples circunstancias y de
los propios efectos.
Impone
también el conocimiento y diferenciación entre los elementos estructurales y
los coyunturales, precisamente porque del empleo del método sintético debe
derivarse una reconstrucción simplificada pero suficiente de la realidad que
permita una explicación y explicación de
esa realidad tanto desde una óptica estática como dinámica y tanto a corto,
como a medio y largo plazo. Por esta razón, el empleo de este método resulta indispensable
para la formulación de modelos teóricos y su traducción a programas de simulación.
1.1.5. El
Método Inductivo o Inferencia Inductiva
Este
método consiste en observar, conocer y conocer las características generales o
regulares que se aprecian en una diversidad de hechos o realidades para
formular, a partir de ellas, una proposición o ley científica de carácter
general. En la inducción el razonamiento es, evidentemente, ascendente desde lo
particular o singular a lo general. Se suele aseverar que la inferencia
inductiva es un razonamiento orientado hacia el fin. Como podemos apreciar
fácilmente, la inducción no es más que una consecuencia metodológica y lógica
de la utilización del método comparativo. Más exactamente, es el procedimiento
mediante el cual se diferencian las causas originarias de las restantes causas
intervinientes, a partir de la comparación entre una amplia diversidad de
realidades, para poder inferir la formulación de una ley o proposición
científica. Se trata de discernir, por comparación analógica, una regularidad o
repetición en las relaciones de causalidad existentes en numerosos fenómenos
similares aunque distintos entre sí, estableciendo luego por cualquiera de los
procedimientos de inferencia existentes, principalmente la inferencia
matemática de la que forma parte la inferencia estadística, la formulación de
la proposición general o ley científica.
1.1.6. El
Método Deductivo o Inferencia Deductiva
Esto
radica en la determinación de las características o enunciados de la realidad particular
que se estudia por derivación o consecuencia de las características o enunciados contenidos en proposiciones o
leyes científicas de carácter general formuladas previamente. La deducción
trata de derivar las consecuencias particulares o singulares de las premisas o
conclusiones generales establecidas y aceptadas. En realidad el método
deductivo sólo es aplicable una vez se
comprueba que el fenómeno o suceso particular que estamos investigando pertenece a la categoría de fenómenos o
sucesos contemplados por la ley científica
general. Parecida comprobación exige el empleo previo de los métodos
descriptivo, analítico y comparativo, porque sólo gracias a ellos podemos
establecer la analogía o correspondencia lógica y fenomenológica entre ley y
suceso, sin que por ello podamos llegar
a tener una certeza definitiva a cerca de la validez que la ley
científica tendrá respecto del próximo suceso particular.
En
consecuencia ninguno de ambos métodos (inductivo o deductivo) nos puede dar una
certeza absoluta y universal sobre la
validez de las formulaciones teóricas que alcanzamos mediante su empleo. Como señala Morín: "La mayor
aportación del conocimiento de la centuria pasada ha sido el conocimiento de los límites del conocimiento.
La mayor certidumbre que nos ha dado es la de la imposibilidad de eliminar
ciertas incertidumbres, no sólo en la acción sino también en el conocimiento"[2].
Sin
embargo, tampoco las certezas absolutas o universales son necesarias para
considerar una investigación verdaderamente científica, pues basta con que nos
aporten certezas relativas
–probabilidades- pero suficientemente generalizadas sobre la validez de las
conclusiones o formulaciones teóricas que nos permiten alcanzar.
1.1.7. El
Método Dialéctico o Inferencia Contradictorio-Sintetizadora
El
método o razonamiento dialéctico no debe confundirse con el materialismo
dialéctico marxista. Consiste en
descubrir las contradicciones o antagonismos que existen entre los diversos elementos que forman parte de la
realidad investigada para conocer las proposiciones o leyes que explican la
dinámica de esa realidad y poder deducir las posibilidades y formas en que
producirá el cambio a otra realidad superadora[3].
El
método dialéctico, al igual que los dos anteriores, presupone que en la
realidad existen una serie de
condiciones que, científicamente, nunca se han llegado a demostrar, lo que
significa que son meta científicas. Básicamente podemos reducirlas a las
siguientes:
·
La realidad además de dinámica es también
evolutiva.
·
Las contradicciones son el motor del cambio
de la realidad.
·
La síntesis entre las contradicciones no sólo
es posible sino inevitable.
·
La propia relación entre la realidad y el
conocimiento teórico de la misma está sometida
a dialéctica.
En
sentido estricto, el método dialéctico es más una forma singular de
razonamiento que un método científico
propiamente dicho. En otras palabras, es mucho más que un método científico, es más bien una actitud mental
del investigador.
[1]
En estadística, este efecto del tiempo sobre una variable se intenta determinar
mediante la desestacionalización en los análisis de series temporales. Véase
Pulido, A. y Santos, J. (1998) Estadística aplicada para ordenadores
personales. Madrid: Edit. Ediciones Pirámide,
pp. 175-197.
[2] Morin,
E. (1999) La tête bien faite. Repenser la réforme. Réformer la pensée.- Edit.
Editions du Seuil. París, (traducción de Mª José Buxó-Dulce Montesinos. (2000) La mente bien ordenada. Barcelona: Edit.
Seix Barral, pp. 71-72.
[3]
Morin señala como uno de los siete principios-guía del pensamiento el
dialógico, al que describe del siguiente modo: "Une dos principios o
nociones que deben excluirse mutuamente, pero que son indisociables en una
misma realidad. (...) La dialógica permite asumir racionalmente la
inseparabilidad de unas nociones contradictorias para concebir un mismo
fenómeno complejo” Aunque el método dialéctico que señalamos incluye el
principio dialógico de Morin, su ámbito de aplicación es más amplio, pues
incluye la propia dialéctica imperante entre el pensamiento y la realidad y no sólo la que se encuentra inserta en esta
última. Morin, E. (1999) La mente... op. cit., p. 126.
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