2.1.
EL TÍTULO DE INVESTIGACIÓN
En el mundo académico, los títulos se desprenden de
los criterios generales que orientan la investigación –pero no necesariamente
los expresan todos–, tales como:
·
Qué (es): Plantea
el qué hacer, indica el tipo de investigación.
·
Acerca de: Tiene
que ver con el tema, área, disciplina, campo y ciencia.
·
Quiénes: Se refiere a las unidades de estudio.
·
Para qué: Hace
alusión a los objetivos.
·
Cuándo: Remite a la
temporalidad.
·
Dónde: Plantea la
contextualización del estudio, la ubicación geográfica o situacional.
2.1.1. La
formulación del título
Su
formulación es de mucha importancia, aunque que no falta quiénes sugieran que
para complementar su propósito se apele a los subtítulos Blaxter y otros
(2000), cosa que puede no ser la más indicada porque el título, como título,
debe tener capacidad comunicativa suficiente. Esto implica aportar la
información necesaria para valorar la naturaleza de la investigación y del
contenido del documento, con un sentido de brevedad que lo distingue[1].
Concordamos
con lo afirmado, por ende es necesario tener en cuenta que dos aspectos que
permiten orientar la elaboración del título de toda propuesta científica -en
alusión al informe-, son el objetivo y la pregunta. Estos dos componentes de la
iniciativa y del desarrollo metodológicos proveen información suficiente, de la
que se abstraen los puntos a tener en cuenta como guías –más no normas–, para
la elaboración del título: qué, acerca de, en quiénes, cuándo y dónde. Es
conveniente advertir que en el título no siempre van a estar todos los
elementos, como lo advierte Hurtado (2010). Los aspectos que deben estar
contenidos o reflejados en el título son el área temática, los eventos de
estudio y el nivel u holotipo de investigación[2].
2.1.2.
Elementos
básicos de la formulación de títulos
·
El qué hacer, que advierte sobre el tipo de
investigación: si es exploratoria descriptiva, analítica, comparativa, explicativa,
predictiva, proyectiva, interactiva, confirmatoria y evaluativa (Hurtado,
2010).
·
Él acerca de, que informa sobre dos aspectos
esenciales: el área temática y el evento de estudio, sobre los cuales versa el
trabajo.
·
El quiénes, que remite a las unidades de
estudio, a las entidades poseedoras de la información y motivadoras del interés
real de la investigación, cosa que también alude a las fuentes.
·
El dónde, que indica el lugar en el que se
desarrolla la investigación. Provee datos acerca del sitio, a fin de asomar
rasgos de la contextualización.
·
El cuándo, propicia la identificación de la
fecha, época o período en el que ocurre la investigación Barrera (2008), como
es el caso de investigaciones históricas. Si el diseño es, por ejemplo,
retrospectivo, evolutivo, el cuándo debe estar contenido en el título. Si es
contemporáneo, el cuándo se expresa en la fecha del informe y no es necesario
colocarlo en el título[3].
En virtud
de las consideraciones expuestas, manifestamos que el título debe demostrar el
tema y en particular el problema que va a investigarse, que igualmente debe
reflejarse en todo el proceso del desarrollo de disertación; en efecto, no es
aconsejable poner títulos generales sino más bien específicos. Además, el
titulo puede modificarse durante el desarrollo del estudio. Puesto que un
título que precede todo texto de un proyecto de investigación, debe ser preciso
y completo, dando una idea clara sobre cuál es el contenido del trabajo.
Consecuentemente,
cuando la extensión del título perjudica su claridad, conviene dividirlo en dos
partes: el título propiamente dicho que expresa lo que va a investigar, el
subtítulo, que expresa las condiciones en las cuales se va a llevar a cabo la
investigación.
Por
estos considerandos, recuerde que en una investigación el título no se debe
confundir con el tema. Esto es general en tanto que el primero debe ser
especifico y apuntar directamente hacia lo que el trabajo trata en forma
particular.
2.1.3.
Características
esenciales del título de investigación
Las
características del título es fundamental en una investigación, en mérito a
ello consideramos aquí los siguientes:
·
El titulo debe ser explicativo por sí solo,
evitar el uso de abreviaturas, paréntesis, caracteres desconocidas o fórmulas.
De la misma forma ni usar expresiones tales como una investigación sobre, un
estudio (…).
·
Es importante explicar el universo o
población que será estudiada. Puede incluir tiempo y lugar en que se
desarrollará la investigación; en todo caso complementarlo con adjetivos o
nombres que señalen el tipo de dicho estudio.
·
Sintetiza la idea central del estudio
resultando ser un enunciado informativo, claro, sencillo y conciso, el cual
indica el objetivo general y las variables centrales de la investigación.
·
Título de la investigación: debe describir el
contenido de forma específica, clara y concisa, y cuya extensión recomendada no
más de 15 a 18 palabras, de manera que permita identificar el tema fácilmente. Deben evitarse títulos
demasiado generales, así como el uso de siglas, abreviaturas y palabras
ambiguas. Reafirmamos que el título debe ser claro y preciso, si en caso el
título es muy largo del sugerido, se debe reducir y clarificarlo con un
subtítulo adecuado.
·
Representa la esencia de la investigación en
pocas palabras. Normalmente se determina el título definitivo al término del
proyecto, cuando ya son conocidos los resultados y se le puede dar un nombre
representativo y atractivo. Un buen título debe definir el contenido de la
investigación con el menor número de
palabras posible.
En
consecuencia, el título sirve para delimitar el tema de investigación,
tratándose de una etiqueta que debe representar fielmente, en caso de una
propuesta de investigación se pretenda a realizar.
[1]
Blaxter, L.; Hughes, C. y Tight, M. (2000)
Cómo se hace una investigación.
Barcelona: Gedisa. P. 314.
[2]
Hurtado, J. (2010) El proyecto de
investigación. Bogotá: Quirón. P. 56.
[3]
Barrera, M. (2008). Cómo elaborar
proyectos urgentes. Bogotá: Quirón. Conviene insistir sobre un aspecto,
ya advertido: la explicitación de estos u otros aspectos presenta variaciones,
ya que está en correspondencia con factores de contextualización y según las
maneras de giro y de estilo que ocurren en cada investigación. De ahí que sea
conveniente que el interesado estudie formas, realice ejercicios y redacte
variaciones, hasta que esté seguro de que la explicitación sea la más apropiada.
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