7.1.1.
Diseños
no experimentales
7.1.1.1.
Definición
y características
Comenzaremos
este epígrafe ofreciendo algunas definiciones del concepto de diseño no
experimental y, a partir de ellas expondremos las principales características
que presenta este tipo de diseño.
Pedhazur
y Pedhazur Schmelkin (1991) indican que los experimentos, los
cuasi-experimentos y los no experimentos se diferencian por la presencia o
ausencia de a) manipulación de la variable independiente, y b) aleatorización.
En un experimento tanto la manipulación como la aleatorización están presentes;
en un cuasi-experimento, la manipulación está presente pero no la
aleatorización; en un no experimento tanto la manipulación como la
aleatorización están ausentes[1]. Estos mismos autores
puntualizan que los diseños no experimentales han recibido distintas
denominaciones y que, por el momento, no hay consenso respecto al uso de una u
otra. Tales denominaciones son: investigación correlacional, investigación de
encuestas o investigación observacional.
Kerlinger
y Lee (2002) nos dicen que la investigación no experimental es la búsqueda
empírica y sistemática en la que el científico no posee control directo de las
variables independientes, debido a que sus manifestaciones ya han ocurrido o a
que son inherentemente no manipulables. Se hacen inferencias sobre las
relaciones entre las variables, sin intervención directa, de la variación
concomitante de las variables independiente y dependiente (p. 504). Cabe
precisar en esta definición que la razón por la que no se manipula la variable
independiente en la investigación no experimental es que resulta imposible
hacerlo. Arnau (1995) utiliza el término investigación no experimental para
denominar genéricamente a un conjunto de métodos y técnicas de investigación
distinto de la estrategia experimental y cuasi-experimental (p. 35). Destaca
que en este tipo de investigaciones no hay ni manipulación de la variable
independiente ni aleatorización en la formación de los grupos.
A
partir de la perspectiva de Kerlinger y Lee (2002)[2] presentamos un listado con
las principales características de los diseños no experimentales. Son las
siguientes:
a) No
hay manipulación de la variable independiente, bien sea porque se trate de una
variable que ya ha acontecido, bien sea porque se trate de una variable que por
su propia naturaleza o por cuestiones éticas no pueda manipularse de forma
activa. Se incluyen, pues, en este grupo de variables todas aquellas que
recogen características propias de los individuos.
b) No
hay asignación aleatoria de los sujetos a las condiciones de tratamiento. Es
decir, los grupos no se forman aleatoriamente, por lo que no queda garantizada
su equivalencia inicial.
c) Los
datos simplemente se recolectan y luego se interpretan, puesto que no se
interviene de forma directa sobre el fenómeno.
d) Se
estudian los fenómenos tal y como ocurren de forma natural. Esta característica
hace que los diseños de tipo no experimental se utilicen principalmente en
investigación aplicada.
e) De
las características anteriores se desprende que el diseño no experimental no
permitirá establecer relaciones causales inequívocas.
Si
bien algunas de las características anteriores podrían desalentar al
investigador de recurrir a un diseño no experimental vamos a presentar ahora
algunas circunstancias en las cuales se deberá utilizar este tipo de diseño.
·
En primer lugar, existen muchos problemas de
investigación para los cuales no resulta apropiado un diseño experimental: un
investigador puede estar interesado en recoger información sobre las actitudes
o creencias de los individuos con una finalidad puramente descriptiva o puede
querer observar el fenómeno sin intervenir para no desvirtuarlo.
·
En segundo lugar, nos encontramos con una
buena parte de investigaciones que se realizan en el ámbito de la Psicología en
las cuales el objetivo es estudiar características de las personas que no son
susceptibles de manipulación experimental -por ejemplo, el cociente intelectual
o el nivel de extraversión-. Esto hace que el investigador no pueda provocar el
fenómeno que quiere estudiar, y, en consecuencia, que no pueda recurrir ni a un
diseño experimental ni a un diseño cuasi-experimental.
·
En tercer lugar, puede ocurrir que aunque la
variable de interés se pueda manipular experimentalmente haya razones de tipo
ético que lo impidan.
Por
ejemplo, no se podrá manipular una variable independiente si esta manipulación
puede producir daños físicos o mentales a los participantes. Por último, hay
ocasiones en las cuales no se podrá llevar a cabo un experimento verdadero por
razones de tipo financiero, administrativos, o simplemente porque supondría
excesivos inconvenientes para los participantes en la investigación.
7.1.1.2.
Clasificación
de los diseños no experimentales
No
existe demasiado consenso acerca de cómo se han de clasificar los diseños no
experimentales, por lo que vamos a presentar aquí algunas propuestas.
Kirk
(1995) este investigador afirma que la investigación científica se lleva a cabo
con los siguientes objetivos:
·
Explorar
·
Describir o clasificar
·
Establecer relaciones y
·
Establecer causalidad.
A lo
largo de los años, los investigadores han desarrollado una variedad de
estrategias de investigación para alcanzar estos objetivos: el experimento, el
cuasi-experimento, la encuesta, el estudio de casos y la observación natural
(p.5). Más adelante añade otras estrategias de investigación a esta lista: los
estudios ex post facto, los estudios retrospectivos y prospectivos, los
estudios estáticos y longitudinales, y los estudios de series de tiempo y de
sujeto único. Si bien este autor no menciona de forma explícita los diseños no
experimentales, podemos, por exclusión, incluir en esta categoría todas
aquellas estrategias de investigación distintas del experimento y del
cuasi-experimento.
Smith
y Davis (2003)[3],
siguiendo la propuesta de Kirk (1995), incluyen bajo la etiqueta de métodos no
experimentales las siguientes estrategias de investigación: métodos
descriptivos -se caracterizan porque se limitan a observar y documentar
diversos aspectos de una situación o de un fenómeno que ocurre de forma natural
(dentro de estos métodos incluyen los estudios de casos y la observación
natural)-; la investigación cualitativa que según Creswell (1998) es un proceso
de indagación para comprender un problema humano o social basado en un
complejo, figura holística formado con palabras, recogiendo opiniones
detalladas de los informantes y llevado a cabo en un ambiente natural (p. 2);
los estudios correlacionales cuyo objetivo es establecer relaciones entre
variables; los estudios ex post facto que se caracterizan porque las variables
que se estudian se seleccionan después de que hayan ocurrido; y las encuestas.
Polit y Hungler (2000) diferencian dentro de los diseños no experimentales
entre la investigación correlacional y la investigación descriptiva. La primera
se caracteriza porque su objetivo es estudiar las asociaciones entre las
variables implicadas en la investigación. Es decir, se interesa en estudiar si
las variaciones registradas en una variable se relacionan con las variaciones
registradas en otra. La segunda se caracteriza porque se limita a observar un
fenómeno que ocurre de forma natural. Dentro de la investigación correlacional
se diferencia entre los diseños retrospectivos y los diseños prospectivos. Los
primeros son investigaciones en las que un determinado fenómeno actual se
vincula con otros cuya incidencia tuvo lugar antes del inicio del estudio. Esto
quiere decir que el investigador centra su atención en un resultado presente e
intenta arrojar luz sobre los antecedentes que lo han causado. Muchos estudios
epidemiológicos e investigaciones médicas tienen carácter retrospectivo. Los
diseños prospectivos[4], por su parte, se inician
con el registro de los presuntos factores causales y prosiguen a lo largo del
tiempo hasta producirse el efecto esperado. En general, los estudios
prospectivos son más costosos que los estudios retrospectivos, y ésta es la
razón por la que se utilizan con menos frecuencia.
[1]
Pedhazur, E. J.; Pedhazur Schmelkin, L. P. (1991) Medición,
diseño y análisis. Un enfoque integrado. Hillsdale: Lawrence Erlbaum
Associates, p. 304.
[2]
Kerlinger, F. N. y Lee, H. B. (2002). Investigación
del comportamiento. Métodos de investigación en ciencias sociales (4ª ed.).
México: McGraw-Hill. P. 124.
[3]
Smith, R. A. y Davis, S. F. (2003) El
psicólogo como detective: Una introducción a la realización de investigaciones
en psicología (3ra. ed.). Barcelona:
NJ Pearson, p. 238.
[4]
Polit, D. F. y Hungler, B. P. (2000) Investigación científica en ciencias de la
salud (6ª ed.) Mexico: McGraw-Hill. P.
86.
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